Los 10 mitos más frecuentes sobre la energía solar fotovoltaica

15/12/2022
Los 10 mitos más frecuentes sobre la energía solar fotovoltaica

¿Qué tanto se sabe realmente sobre la energía solar?

Todas las culturas alrededor del mundo han tenido históricamente una gran relación y conexión con la energía del sol. A medida que las antiguas civilizaciones se fueron dando cuenta de la importancia del sol para las cosechas, los ciclos del agua, la fotosíntesis, entre otros, se aprovecharon sus virtudes para el bienestar humano. De ahí que, de algún modo, la energía solar haya estado siempre presente desde siglos atrás en la evolución humana.

Ahora bien, la energía solar fotovoltaica, como la conocemos hoy en día, tiene sus primeros antecedentes a comienzos del siglo XX. Gracias a los descubrimientos sobre el efecto fotoeléctrico desarrollados por científicos como Albert Einstein, Charles Fritts o la corporación Bells en 1954. Los avances posteriores sobre el rendimiento eléctrico de celdas fotovoltaicas y su aplicación a paneles y tejas solares se han generado a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, aún persisten muchos mitos sobre la efectividad de la energía solar, sus aplicaciones, costos y otros temas relacionados.

Considerando que, la energía solar fotovoltaica es una tendencia al alza en España por su gran potencial de generación de energía limpia y económica. A continuación, explicamos en detalle algunas ideas erróneas que se han instalado sobre esta. En cualquier caso, recordemos que, la fotovoltaica es una de las energías con mayor proyección en el país. Factores como la cantidad de horas de sol al año, la legislación existente y las ayudas públicas que la financian, hacen su desarrollo y expansión imparable. Solamente en 2021, fue la energía que más creció en la península y supone ya un 8% del mix energético nacional.

Principales mitos sobre la energía solar fotovoltaica:

  1. Las instalaciones fotovoltaicas sólo funcionan cuando hay sol: esta es una afirmación totalmente falsa. Las instalaciones y celdas fotovoltaicas de paneles y tejas solares están hechos para funcionar aún en días lluviosos y nublados. Claramente, en estas condiciones el rendimiento es menor en relación con un día soleado, pero sigue siendo un sistema productivo. De hecho, se ha demostrado que, en países del norte de Europa como Alemania, donde no hay tantas horas de sol. Los días nublados o de menor eficiencia se compensan con los días soleados. De otro lado, también hay que mencionar que algunos materiales como el silicio monocristalino permiten aprovechar al máximo la energía solar, aunque el clima no sea el más soleado.

  2. La energía solar fotovoltaica es demasiado costosa: esta es una afirmación que se sustenta en el pasado, al menos en hace 10 años o más. Para entonces, el precio de las instalaciones fotovoltaicas era efectivamente muy costoso. No obstante, en la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, el coste de producción de módulos fotovoltaicos se ha reducido considerablemente, hasta en un 94%. Esto, en comparación con otras renovables como la eólica o la térmica, la hacen la opción más barata. Así lo ha reconocido el informe de 2018 de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA).

  3. Las instalaciones fotovoltaicas no son rentables: esta es una de las afirmaciones más usadas contra la energía solar fotovoltaica y es falsa. Si bien los plazos de amortización son amplios, el ahorro que se genera a partir de su instalación cubren los costos de al menos 8 años en promedio. Si a esto le sumamos que este tipo de instalaciones (paneles o tejas) tienen una vida útil de más de 30 años, tenemos que el rendimiento es bastante elevado. Así, a partir del noveno año, toda la energía eléctrica generada para el consumo de la vivienda será gratuita. Sin contar con los excedentes que se puedan generar e incluso transferir o vender.

  4. Las instalaciones fotovoltaicas son complejas de instalar, poco estéticas y pueden dañar los tejados: esta afirmación es totalmente falsa. En primer lugar, los desarrollos tecnológicos y las compañías que venden este tipo de servicios ofrecen una gran infraestructura que se ajusta a cualquier tipo de tejados. De hecho, sistemas como los “Plug and play” simplemente se extienden sobre las cubiertas, se conectan entre sí y posteriormente se vinculan a las baterías y conversores. En el caso de las tejas solares, su instalación es igual de simple a la de un tejado convencional, de modo que no se requiere mayor esfuerzo. De hecho, hasta en un mismo día puedes tener instalado el sistema en tu hogar. Por último y en cuanto al aspecto arquitectónico, estructuras como las tejas solares ofrecen una gran adaptabilidad a cualquier tipo de tejado y entorno arquitectónico. Su diseño, y el hecho de que se instale teja por teja o pieza por pieza, asegura un máximo ajuste e integración. En muchos casos ni se notará que se trata de tejas con celdas solares en lugar de tejas tradicionales. En otros, su gran elegancia y sutileza, darán un acabado único a sus tejados.

  5. Las instalaciones solares fotovoltaicas no pueden cubrir la demanda energética: esto es completamente falso. La energía solar es el tipo de energía más abundante en todo el mundo y su capacidad de hecho supera las necesidades del planeta. Por lo tanto, es improbable que una instalación fotovoltaica no pueda cubrir la demanda de una vivienda. Justamente por esto, las proyecciones de la Unión Europea en materia de renovables, y especialmente solar, plantean que para el 2030 se pueda cubrir el 45% de la demanda con esta energía u otras similares.

  6. La fabricación de módulos fotovoltaicos es demasiado contaminante: en cuanto al efecto que tiene sobre el medio ambiente la producción de paneles o tejas solares, podemos decir que:

  • Las instalaciones fotovoltaicas generan en 2 años la energía que necesitaron para su producción.

  • Su vida útil es extensa, entorno a los 30 años, por lo tanto, será este período el que generarán energía limpia y gratuita. Reduciendo así emisiones y contaminación.

  • Los residuos que genera su producción son reducidos en comparación con los beneficios que aporta.

  • Cuando agotan su vida útil, sus materiales son aprovechables hasta en un 95%.

  1. El mantenimiento de las instalaciones fotovoltaicas es engorroso y costoso: esta es otra de las afirmaciones recurrentes que carece de veracidad. En realidad, el mantenimiento de estos sistemas es casi nulo, pues sus materiales son de gran calidad, además de gran adaptación a las condiciones climáticas incluso extremas. Su mantenimiento general solo consta de limpieza, es decir, retirar la suciedad que puede obstaculizar su funcionamiento. Esto debe hacerse al menos una vez al año y basta limpiarlos con agua y jabón.

  2. La energía solar fotovoltaica terminará teniendo impuestos: si consideramos el contexto actual y las necesidades, esta afirmación es bastante errada. Al menos en España, el “impuesto al sol” desapareció en 2018 y desde la UE se ha limitado la generación de nuevos gravámenes al respecto. Por el contrario, actualmente, el gobierno nacional y comunitario están generando incentivos para este tipo de energías y financiando su instalación. Por lo que es poco probable que, con este contexto, se cambien las normas tributarias al respecto.

  3. No tiene sentido instalar módulos fotovoltaicos en el norte de España: falso, España es uno de los países de Europa con mayor número de horas de sol al año. En promedio son más de 2.500 horas al año, mucho más que en el centro y norte del continente. Por lo tanto, en todas las regiones del país, islas o península, la instalación de sistemas fotovoltaicos es igual de rentable. En este sentido, el exceso de radiación solar que hay, permite sacar el máximo ahorro y provecho a este tipo de instalaciones.

  4. Los sistemas fotovoltaicos no pueden instalarse en comunidades de vecinos: esta afirmación, aunque no es falsa, es importante matizarla. Hoy en día sí que se pueden llevar a cabo estas instalaciones en comunidades de vecinos. De hecho, la actual normativa e incentivos públicos así lo están promoviendo. Incluso, algunos estudios advierten que al menos un 85% de los edificios en España podría usar este tipo de sistemas para autoabastecimiento total o parcial. Simplemente se deben considerar aspectos como el espacio disponible y la cantidad de radiación solar.